sábado, marzo 28

Te lo agradezco... pero no.



El mundo es un pañuelo afirman y que si hoy estas arriba mañana estaras abajo y viceversa y 15 mil frases mas que rezan el mismo fin... ¿sera tan cierto tal adagio?.

Hay un mes y un año que nunca podre olvidar. Septiembre 1998. ¿Por que?. Porque un día de aquel mes pasaron por delante mio los ojos, el cabello, la sonrisa, el andar, el aroma y mil cosas más que aun hoy en día me son imposibles de explicar, que me harian perder todo contacto con la realidad, toda conexion con la coherencia por los siguientes 4 años aproximadamente, cada vez que se repetia denominado evento.




El fenómeno anteriormente explicado, semejante a un tornado o a un huracan, respondia; como en los casos de estos fenómenos atmosféricos, a un sutil, delicado e inofensivo nombre femenino: Andrea.



Como decia un sabio hombre: hay dos grandes tragedias en la vida. La perdida de la persona amada y la conquista de la misma. Asi fue mi tragedia.



Andrea, en 1998, era una chica palida, cual soda field, delgada, de cabello castaño, de voz exageradamente suave y tímida como ninguna. Cursaba el 2º de media cuando yo ya preparaba mi pre-promo (semajante huachafada). Entonces para materia de otros cálculos, ella tenia 13 y yo apenas 15.



Yo era un puber, y no solo un puber común y corriente, era; y no me averguenza decirlo porque se que las cosas han cambiado radicalmente, espero, deseo y rezo porque sea asi; un puber-monse (notese el detalle del guión, pues es considerada ya una categoria). Era el clásico escolar que sacaba buenas notas, bueno; al menos aprobaba. La más alta nota era la de conducta obviamente (me hice pata del auxiliar, lo vi haciendo algo que algun día me sentare a pensar con que palabras se podria explicar). Vestia siempre impecable, zapatos bien lustrados y todo ello. Si bien es cierto compartia un aula con cerca de 50 alumnos, de los cuales sociabilizaba con 5 de ellos. Vale hacer una aclaración. No era timidez lo que me impedia establecer vinculos amicales con los demas, si no que simplemente... me llegaban.


La cuestión es que, Andrea cambió en 5 minutos todo. En ese día de septiembre con el simple hecho de ser ella misma causo una revolucion dentro de mi. Sublevó al que era yo e impuso su Andreaismo, por asi decirlo.


No tengo un recuerdo exacto de como fue surgiendo el cambio, solo recuerdo que mi único deseo, día tras día, era tener la oportunidad de poder acercarme a ella. Asi entonces, de manera brusca y penetrante, Andrea se convirtio en mi primera gran obseción.



Recuerdo mucho la primera vez que me acerqué. Saliamos de clases y la vi llendo hacia la salida. Era la oportunidad perfecta. "Camine corriendo" (suena mejor que decir que corrí ridiculamente sin asentar los pies para que no me oyera) cerca de cuadra y media hasta que porfin la alcanze... ¿Qué le dije?... algo asi como...tu eres Andrea ¿verdad? -reverendo papanatas, preguntarle eso como si no lo supiera- Ella atinó a dar la respuesta con el tono mas educado y prolijo posible. Sí, yo soy Andrea. -Y de pronto, todo fue silencio- No se bien con que empezé a darle razones para excuzar el porque me encontraba parado delante de ella dando una clase intensiva de tartamudeos y redundancias, pero de alguna manera logre romper ese hielo del principio, deje el solo mirarla para decirle todos los días al menos un hola.


Me sentia contento, valiente, osado. Me atreví, le hablé. Se sentia una extraña satisfacción, pero la triste verdad era que no habia hecho nada aun.



Pasaron talvez 4 meses. Ya no lo recuerdo bien. Y como suele suceder el ser humano normal no se conforma con lo que tiene, siempre busca mas, es ambicioso. Un "hola" ya no era tan sufuciente y ya no causaba tantas satisfacciones, sobre todo si ocurria una vez cada semana. Pense y pense en que podia hacer. Nunca se me ocurrio nada inteligente en aquella oportunidad, lo único que atine a hacer fue a decirle todo en 5 minutos.



La respuesta de Andrea fue... fue linda.... y dura...como lo es toda negativa. En los mismos 5 minutos, y menos aun; que me entregó a manera de respuesta me explicó algo que hasta el día de hoy no entiendo. El saldo final fue: la primera desilusión acompañada de su respectiva confusión. Los días siguientes no fueron muy buenos. Me sentia desanimado y para acompañar el patético estado el resto del año tuve que lidiar con la promesa incumplida de Andrea. Pues contrario a su muy clara forma de decir que mejor era ser amigos lo que en realidad sucedió fue que se extinguió el "hola" y todo contacto que llegó a exisitir. Para terminar esta cruel etapa que no estoy seguro pero supongo muchos tambien han padecido, el siguiente año, Andrea estreno su flamante enamorado.






Terminé el colegio y volví a saber poco de Andrea, la verdad casi nada. Me la cruze en un par de ocasiones. La primera de ellas fuimos como dos extraños, no me extrañó esa reacción, solo cruzamos miradas por fracciones de segundo y luego nada. La segunda ocasión si hablamos, fue inevitable, yo subia al microbus y el único asiento vacio estaba a su lado. Cogí... predeterminación... y me ubique a su izquierda, la miré y como quien se soprende..."Hola, despues de tanto tiempo...que te vaya bien"... y nada más.



Pasaron 7 años. Yo regresaba a casa despues de un largo día de clases en la universidad. Sabia que no iba soportar más de una hora atollado en el maravilloso tráfico limeño asi que decidí mejor tomar esos "colectivos" para ahorrarme tan placentero tormento. Cogí mi mochila, la puse entre mis piernas para demostrar confianza, me cureze de brazos y repose mi cabeza en el espaldar. Cerré mis ojos y decidí olvidarme de todo. De pronto, sentí un ligero empujón del siguiente pasajero, note que el colectivo se llenó y el vehiculo arrancó. Mantenia mis ojos cerrados, aun deseaba olvidarme de todo, cuando de pronto; nuevamente sentí un ligero empujón como para que me corriera más al fondo, sin animos de discutir con nadie me arrecoste mas hacia la puerta del lado izquierdo y no me importó sentir una ligera incomodidad. Pasaron cerca de 15 minutos y ya con el vehiculo en marcha nuevamente sentí ya no un ligero, si no un grotesco empujón. Abri mis ojos con gran rapidez afinando previamente la voz mas gruesa y enérgica posible para mandar al mismisimo diablo a la persona que no me dejaba descanzar, cuando de pronto.... me tope con una sonrisota y un "no te dejan dormir"... que me dejo... sin palabra alguna.
Era ella, Andrea. La veia despues de tanto tiempo. Estaba irreconocible, vestia diferente a lo que recordaba, tenia otro color de cabello y un peinado diferente, pero mantenia esas cosas que olvidas durante años pero que basta un segundo para que vuelvan a ti como si tan solo hubieran ocurrido ayer. Lo primero que percibí fue su sonrisa, luego sus ojos. La miraba y buscaba tanto a la chiquilla de 13 años que conocí. Supongo que ella habia hecho lo mismo cuando me reconoció antes de que yo me de cuenta. Me preguntaba si tambien me habria observado, si habria notado que tengo la mitad de cabello que solia tener antes y cosas asi. -Que ha sido de tu vida... lo último que supe de ti fue que te mudaste y eso fue hace tres años atras ¿verdad?- fue lo primero que me dijo. Me sorprendio tanto que al menos sepa una cosa de mi. Seguimos hablando el resto del camino. Yo regresaba a casa y ella se iba a trabajar. Me preguntó desde donde vivia ahora, pasando con que hice todos estos años, a que me dedico o si trabajo y terminando por una pregunta que me no se porque extraña razón me sonrojó. ¿Y tienes novia?. -Días antes la última novia que habia tenido despues de 2 años me habia dejado por razones aun desconocidas-. Solo atine a decirle... la tuve, pero ya no. Pasaron 45 minutos y ya estaba muy cerca a mi casa. Pensé en despedirme y para ser sincero, no pense en nada más, no tenia intenciones de mantenerme en contacto con ella o en pedirle su número. No me importaba. Sin embargo; ella cogió un pequeño papel de su bolso y anotó en él lo siguiente -Espero no te hayas olvidado de mi... seguido de un 99715****...-
Luego de dejarla, cuando caminaba algunas cuadras antes de entrar a mi casa, pensaba tanto en porqué no sucedio esto hace algunos años atras. Guarde su numero en mi billetera y seguí caminando... asi como seguí con mi vida. Nunca la llamé.
Un mes despues, domingo por la noche, preparandome para el lunes, terminando a última hora un par de trabajos, abro el messenger para desintoxicarme un poco de tantas obligaciones. Digito la clave y espero que mi lentium 4 procese la información. Se van abriendo las ventanas y aparece una diferente:-andrea.lercari@.... te ha agregado...¿desea agregar a esta persona a su lista de contactos?- Me dejo sin que decir una vez más. Decidí aceptar su invitación. No tenia razones para no hacerlo. 20 minutos despues aparece una nueva ventana: -Hola... soy Andrea...- lo que suguió a esa invitación fueron mensajes de texto, llamadas, e-mails, invitaciones el hi5, facebook y "n" cosas mas que me pusieron en contacto con Andrea como nunca antes. No me acababa de soprender con una cosa que sucedia y en seguida aparecia ella con algo nuevo y diferente.
Fueron al rededor de 7 meses que estuvimos tan pero tan cerca que sentí que habia conocido a una nueva persona, no era alguien que podia recordar, era alguien nuevo, me gustó esa idea. Senti haber encontrado a una gran amiga. Lamentablemente la historia no acaba asi.
Un día Andrea me llamo muy tarde. Note su voz con mucha ansiedad y no dude en ir a verla. Me citó en San Isidro, cerca a donde ella trabajaba. Llegue unos minutos antes de la hora acordada, sentía mucho frio y compré un café para aliviar la espera. 3 minutos despues Andrea llegó y me dio un gran abrazo. Me dijo: -¿Podemos ir a un lugar donde estemos solos?-. Claro -Le dije yo- vamos.
Me preocupaba y una vez más me soprendia con su actitud, pero en los últimos meses aprendí a lidiar con sus cosas y ya eran algo extrañamente normal para mi. No sentamos y en seguida apoyo su cabeza en mi hombro. Nos quedamos en silencio muchos minutos. Yo tiritaba de frio y ella se juntaba más hacia mi para aliviarme. No soportaba más la duda y queria saber el por qué del motivo de su llamada asi que decidí preguntarle directamente que sucedia, que era lo que pasaba. Se levanto y se volvió a sentar. Subió los pies en la banca, los entrecruzo y giro hacia mi, me miró fijamente y me dijo: cuando volví a verte, cuando volvi a saber de ti, recorde tantas cosas, cosas lindas, tiempos muy buenos, en los que no era tan dificil ser una misma. Recorde tambien lo dulce que fuiste conmigo y todas las atenciones y el tratro que tuviste siempre conmigo. Y ahora, tanto tiempo despues sigues siendo esa persona tan sincera y amable... es por eso que ahora siento que...
Las palabras que prosiguieron a ese preambulo me son un tanto dificiles de transcribir. Solo puedo decir que, sin ánimos egocéntricos, me sentí tan bien. Me sentí halagado, me sentí valioso e importante, pero; no senti exactamente lo mismo que ella. Es tan curioso esto y en si la vida, busque tanto tiempo un momento asi, que solo existió en esos deseos alucinantes de adolescente enamorado y ahora que se daba simplemente no me importaba.
Lo único que pude decirle, antes de despedirnos y antes de ser la última vez que la veria despues de 7 años y más, fue: te lo agradezco, eres tambien muy dulce, pero; me gustaria mas ser tu amigo.... me miró, sonrió una vez más, y me dijo que le parecia bien tambien. Lo curioso es que desde ese día no he vuelto a saber mas de Andrea. ¿Qué extraña es la vida no?.